La revisión de traducciones se ha ganado la reputación de ser un mal necesario. Necesario en el sentido de que saltárselo se sentiría como un pecado de garantía de calidad; malvado en el sentido de que se niega a ajustarse a cualquier línea de tiempo predecible.

La mejor manera de hacer las paces con esta paradoja es acertar más traducciones la primera vez y limitar la necesidad de revisión siempre que sea posible. Pero si crees que los traductores son los únicos que pueden controlar este destino, es posible que estés subestimando enormemente tu influencia.

Pon tu casa en orden

La luz del sol es un poderoso desinfectante, y nada puede revelar tanto tu estrategia de comunicación como la traducción.

Los errores por descuido, las frases confusas y los modismos incómodos no tienen dónde esconderse cuando se da el salto de un idioma a otro: es simplemente una cuestión de quién los encontrará primero.

Esperar que los traductores identifiquen estos problemas e interpreten el significado previsto es un juego peligroso. Si se equivocan, pasarán una carga innecesaria a los revisores o transmitirán un mensaje ineficaz a los lectores.

Así que, en realidad, la receta para la precisión y la eficiencia debe comenzar con una inspección interna de la claridad del contenido.

Corrija sus errores tipográficos, reelabore la redacción torpe y limite las referencias culturales que sabe que no viajarán bien. Además, toma nota de los términos específicos de la empresa o del sector que aparezcan con frecuencia en tu contenido.

Aprovecha la traducción como una oportunidad para actualizar (o crear) un glosario de marca que beneficie a todos tus colaboradores creativos.

Una vez que el texto original esté lo suficientemente limpio como para enviarlo a un traductor, lo último que debes hacer es aclarar tus intenciones para ese contenido.

¿Es necesario que el texto genere conversiones o simplemente eduque a los visitantes? ¿Se espera que los traductores imiten su fraseo o agreguen algún sabor local? ¿Deberían comunicar un cierto nivel de experiencia en la materia?

Este tipo de preguntas deben hacerse y responderse para reclutar a las personas adecuadas y establecer los parámetros adecuados.

Invitar a los traductores a entrar

Mantener a los traductores en la periferia de sus planes de negocio no es forma de tratar a alguien que tiene la tarea de transmitir el mensaje de su marca al mundo.

Estos socios creativos necesitan un conocimiento profundo de su organización para poder realizar el mejor trabajo.

A nivel lingüístico, el glosario de marca descrito anteriormente debe completarse de forma colaborativa con traducciones acordadas para los términos necesarios.

Los traductores también necesitarán acceso a una guía de estilo que les ayude a comunicar su mensaje con el tono adecuado. Este contexto puede ser crucial cuando se trata de seleccionar la traducción ideal entre varias alternativas plausibles.

Sin embargo, el alma de un negocio rara vez se representa solo en la guía gramatical. Transformar a sus traductores de proveedores contratados en socios de confianza requiere un nivel más profundo de inmersión.

Anime a sus traductores a explorar su sitio web o descargar su aplicación. Dales una demostración personalizada del producto o envíales una versión de prueba. Preséntale a un cliente de toda la vida o invítalo a un evento de la empresa.

Esta transparencia poco común dará sus frutos a diario, ya que los traductores aprovechan su nueva fluidez empresarial para tomar las mejores decisiones posibles para su marca.

Invierta en el éxito de los traductores

Clarificar su contenido y comunicar su propósito más amplio permite a los traductores comenzar su trabajo con una clara ventaja. Pero si te tomas en serio la mejora de sus tasas de precisión, también deberías hacer preguntas sobre sus métodos.

Un número sorprendente de traductores siguen ejerciendo su oficio con un kit de herramientas antiguo. Reciben el contenido de su cliente como texto sin formato pegado en una hoja de cálculo y se desplazan por cientos de filas, colocando sus traducciones en las celdas adyacentes.

Una vez terminado, guardarán la hoja de cálculo y la enviarán por correo electrónico a un gerente de proyecto que puede pasarla a un editor. Este flujo de trabajo crea al menos tres problemas que deberían preocuparle.

Incluso si hay docenas de frases idénticas dentro del contenido de origen, el traductor debe ingresar manualmente la traducción adecuada para cada instancia. Este trabajo redundante no sólo hace perder tiempo, sino que también distrae la atención y aumenta innecesariamente el riesgo de variar accidentalmente la traducción.

En segundo lugar, debatir las traducciones por correo electrónico es un proceso especialmente doloroso. Los gerentes de proyectos se ven obligados a jugar a ser intermediarios entre la lingüística, los revisores luchan por articular sus puntos de vista y los problemas pueden permanecer inactivos durante días esperando que una persona abra su bandeja de entrada.

Por último, relegar el contenido a una hoja de cálculo no ofrece a los traductores ningún contexto visual. No sabrán dónde se encuentran las frases en el sitio web, si hay un límite de caracteres de traducción o si "watch" se pensó como sustantivo o verbo en la celda A43. Y puede estar seguro de que al menos una parte de sus mejores conjeturas serán inevitablemente incorrectas.

El caos que surge de estas ineficiencias es a menudo lo que inspira a las marcas frustradas a equipar a sus traductores con tecnología más moderna. Pero no todas las inversiones generan rendimientos similares.

Como mínimo, querrás que tus traductores trabajen con una herramienta de traducción asistida por ordenador (TAO). Esta sencilla solución técnica elimina el problema del trabajo redundante al aplicar automáticamente pares de traducción aprobados a frases idénticas dentro de su contenido.

Este concepto de memoria de traducción ayuda a garantizar que las decisiones de los revisores se sigan de manera coherente en todas las instancias futuras.

Sin embargo, no se revelará todo el potencial de una herramienta TAO si no se integra en un sistema de gestión de traducciones (TMS) específico.

Estas plataformas especializadas extraen todo el trabajo de traducción de las bandejas de entrada y las hojas de cálculo individuales, lo que permite que todos colaboren en un espacio compartido. La comunicación en tiempo real resultante hace que sea mucho más fácil para los lingüistas discutir los problemas antes de que conduzcan a errores y resolver las correcciones rápidamente.

Sin embargo, sólo unos pocos TMS resuelven el problema del contexto visual. Algunos permiten a los traductores hacer referencia a capturas de pantalla estáticas, otros ofrecen a los editores un panel de vista previa, pero solo uno hace que la perspectiva del usuario final sea una parte dinámica de la interfaz del traductor.

Y al poner todas estas pistas visuales a disposición de los traductores desde el principio, aumentará drásticamente las probabilidades de que envíen un trabajo impecable a los revisores.

Más información

Vea cómo los clientes de Smartling tratan a sus traductores para brindarles una mejor experiencia con un contexto visual mejorado.

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